entrevista a johanna barraza tafur

Autora del poemario Sembré nísperos en la tumba de mi padre, ganadora de la Beca de Poesía Distrito de Barranquilla.

Aluvión: Imaginándote desde la posición del lector(a), ¿cómo presentarías el libro Sembré nísperos en la tumba de mi padre?

Johanna Barraza Tafur: Como escritora pienso que desde el momento en que mis versos salen de mis cuadernos, notas o computador para ser leídos ante alguien, dejo de ser la autora para convertirme en lectora de mis propios versos. Mi mirada como lectora está atravesada y completamente vinculada a mi interacción con los lectores. Entonces, desde mi experiencia como lectora presento a Sembré nísperos en la tumba de mi padre como un libro que, a través de 38 poemas de carácter elegiaco, construye una línea de tiempo que va desde mi niñez, mi familia, el asesinato de mi padre y mi vida después de eso. Un libro que nace desde una pérdida, pero que trasciende y recorre pequeños rincones de una infancia, de ámbitos sociopolíticos, culturales, raciales y también feministas. 

Aluvión: A partir de tu experiencia como mujer afrocolombiana, ¿cómo ha sido el proceso de escribir sobre tus vivos y tus muertos? Por otro lado, el tono de denuncia social que carga y exhibe este poemario es contundente. ¿Podrías contarnos un poco más sobre el contexto en el que está inspirado este libro?

J. B. T.: La construcción de mi identidad como mujer afrocolombiana, afrolatina y afrocaribeña empieza en el momento en el que me fui de Colombia, empieza cuando me quedé a vivir en Argentina, por supuesto que todo el movimiento feminista de este país influyó y ayudó en eso. Así que fue un proceso que viví a la par del proceso de escritura de mi poemario. Un proceso en el que empecé a preguntarme: ¿por qué me cuesta identificarme como mujer negra? Entender que no identificaba como mujer negra porque quién quiere identificarse como tal si es algo que nos enseñan desde pequeñas a asociar con algo malo.

Luego, están todos los “parámetros raciales”, como yo los llamo, que hay que cumplir en el Caribe colombiano para ser negra. En el Caribe, y esto me atrevo a afirmarlo por experiencia propia, ser negra es algo de piel. No eres negra si tu piel no es lo suficientemente negra, si tu pelo no es afro, si no sabes bailar o no tienes caderas prominentes… y puedo seguir. Crecí bajo los chistes de “negra trucha”. Por lo que veo y leo esto está cambiando, al menos eso quiero pensar.

Por último, desde que empecé la idea para este libro me propuse decir lo que nadie se atreve, o no pueden decir. Por supuesto que dudé si incluir ciertos detalles o no; todo el proceso con la Fiscalía, mi encuentro con el sicario, etc. Tuve miedo también, sí, pero el tono de denuncia de este poemario es evidente y contundente porque en algún momento entendí que estos versos ya no contaban solo mi historia y ya no eran solo mi voz. Mi voz era al mismo tiempo la voz de mi madre, de mi hermana, de mi abuela, de mis vecinos, de conocidos, de personas que sé, que al igual que yo, viven esto como el pan de cada día en los barrios populares y humildes de Barranquilla. Lo más gratificante de mi proceso de escritura ha sido ver cómo esa gente, cómo el barrio siente que estos versos los identifica, que esta voz poética los representa y ven en ella una manera de salir de tanta impunidad, “una manera distinta de hacer justicia” me dijo mi vecina, la dueña del árbol de nísperos.

«Un libro que nace desde una pérdida, pero que trasciende y recorre pequeños rincones de una infancia, de ámbitos sociopolíticos, culturales, raciales y también feministas.»

Aluvión: Recordar el mar Caribe y vivir a orillas del río de la Plata…

¿Cuáles son esos rasgos de tu escritura que sientes y podrías identificar como “caribeños”? ¿Qué significa para ti escribir el Caribe, escribir desde y en diálogo con él? ¿Cómo ha sido la experiencia de escribir sobre la violencia sociopolítica de Colombia desde la cotidianidad porteña?

J. B. T.: Yo me fui del Caribe, pero el Caribe jamás se irá de mí… Mi diálogo con el Caribe es constante y muchas veces conflictivo. Si bien a veces lo escribo desde la nostalgia, desde la melancolía o con ese encanto que le caracteriza, también lo critico e intento que esa conflictividad se vea reflejada en mis versos. Cuido mucho el lenguaje y opto por la precisión para reflejar la cotidianidad de mi Caribe. Mi Caribe, en el que yo crecí, no solo fue el del sol picante, playas, colores vivos, baile y gente linda, también fue oscuro, socialmente desigual, injusto y violento.

Aluvión: Sembré nísperos en la tumba de mi padre, tu primer libro, fue ganador del Portafolio de Estímulos “Germán Vargas Cantillo” (Barranquilla, 2019). ¿Qué te movió a mostrarlo y a concursar? A su vez, ¿cómo sientes que ha sido hasta ahora la recepción de este poemario tanto en Argentina como en Colombia?

J. B. T.: Lo que me motivó a participar o enviar mi poemario fue el interés que despertó en un público lector, en un principio argentino, pues este libro tomó forma en un taller de poesía en la ciudad de Buenos Aires. Luego empecé a compartir lo que escribía más allá de este círculo, entre algunos amigos escritores en Barranquilla, quienes me hablaron del portafolio.

La acogida que ha tenido mi poemario en Argentina ha sido muy grande y gratificante. En diciembre de 2019, cuando junto con Llantén hicimos la presentación del libro nos dimos cuenta, ya desde la edición también, que este libro iba a despertar un profundo interés en el público lector argentino, el cual es muy amplio y variado.

El libro también ha tenido una gran recepción en Colombia, he visto un gran interés en el público lector por conseguirlo, por leerme, por conocerme, por invitarme a participar en lecturas, por reseñarme y compartir este libro y esta nueva voz que para muchos es potente y merece ser leída y escuchada.

Aluvión: Con este libro, el cual ha sido bellamente editado y publicado por Llantén, ¿cuál ha sido tu experiencia en relación con el proceso de edición y distribución de tu trabajo? ¿Por qué elegiste a esta editorial argentina para realizar la publicación del poemario? ¿Por qué no editar y publicar en Colombia?

J. B. T.: Las razones por las que edité y publiqué mi libro en la Argentina fueron dos. La primera, quería ser parte activa del proceso de la edición y publicación; y la segunda, no conocía a nadie en el mundo editorial en Colombia. Para publicar en Colombia debía emprender la búsqueda de una editorial que, junto con todo el proceso de edición, me llevaría el doble de esfuerzo y tiempo con el que no contaba, pues los plazos para la edición, publicación y presentación del libro eran muy cortos.

Yo no elegí a Llantén, Llantén me eligió a mí… Sabemos que, si bien es una editorial relativamente nueva, ha tomado muchísima fuerza y que vieran en mí a una autora que podría formar parte de su catálogo representaba un gran privilegio. El proceso de edición y publicación con Llantén fue muy enriquecedor para mí como editora en formación, también íntimo y gratificante. El equipo de trabajo es increíble, sus editores y su diseñador tienen una sensibilidad única. Con ellos al final obtuve lo que quería: participar de manera muy activa en la edición, desde sentarme a charlar con el diseñador sobre la creación de la tapa, contratapa, etc., hasta sentarme a leer, reescribir y corregir poema por poema con los editores. Pienso, por supuesto, que todo esto fue posible gracias al hecho de que es una editorial independiente y pequeña.

Aluvión: Dicen que los libros son algo que se desprende de una, algo que una da a luz. Pero… cuando salen al mundo, estos ya no son tuyos. Si tuvieras que contarle al lector o lectora cuál es la obsesión o el rasgo que este libro y tú comparten, ¿qué dirías? Y, por otro lado, ¿tiene Johanna Barraza otros proyectos de escritura para los años que vienen?

J. B. T.: Por supuesto que los libros son algo que se desprende no solo de un determinado tiempo, sino también del cuerpo que lo escribe, en mi opinión es ahí cuando el libro empieza a ser… El rasgo, le diría al lector, que comparto con este libro es el tono de intimidad que se puede percibir en cada poema y que mantengo a lo largo del libro. También una “obsesión” por los detalles y que estos no queden al azar o en el aire, sino que se conecten entre sí.

La escritura ya se volvió parte de mí y de mi vida, alejarme de ella no es una opción. Siempre estoy anotando ideas, versos, frases que me salen y he empezado a trabajar en un segundo poemario sobre las mujeres de mi familia y sus costumbres, si bien en mi primer poemario se asoman algunas figuras, no son ellas y sus historias las protagonistas del libro. Quiero hablar de ellas, de sus cuerpos, de sus caras, de sus voces, de su trabajo de fritangueras y cocineras, de sus amores y desamores, de su influencia sobre mí y de cómo a todas nos atravesó la guerra y el hecho de crecer en una familia estrictamente militar.

Les comparto un poema inédito de ese poemario:

Las fritangueras

tienen manos

como armas

Les disparan

a los enemigos

también a los amados

El trabajo es su trinchera

Amasar rellenar y fritar

es su única danza

de resistencia.

 

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Esta entrevista se realizó gracias a la Beca de Crítica Cultural y Creativa 2020, ofrecida por el Ministerio de Cultura (Colombia). Aluvión fue uno de los proyectos ganadores de la mencionada beca.

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